Es habitual que en ocasiones previo al inicio de un tratamiento con ortodoncia sea necesario realizar una pequeña intervención para correguir la posición de algún frenillo.
Podríamos dividir los problemas relacionados con los frenillos en dos situaciones:
1. Frenillos labiales muy fuertes con una inserción (lugar dónde se coge el frenillo con la encía) entre los dientes creando un espacio entre estos (también denominado diastema). En estos casos se debe realizar una pequeña intervención que eliminará el tejido del frenillo de entre los dientes para permitir luego que con ortodoncia se cierre el espacio entre los dientes (ver animación en parte inferior de esta página)
2. Frenillo lingual corto: Crea una limitación de los movimientos linguales afectando al habla y al desarrollo adecuado de la boca. De este modo un frenillo lingual corto podría provocar que la lengua no pudiera llegar a contactar con el paladar, cosa importante para que se cree un ensanchamiento adecuado del maxilar superior. |