El piercing en la boca causa complicaciones y lesiones bucodentales en la mayoría de sus usuarios. Entre los problemas más frecuentes están la inflamación, el dolor, dificultades para hablar y masticar, alteración del gusto, sangrado, aumento de la salivación, infecciones, parestesias y alergias.
En una gran parte de usuarios se producen lesiones en la encía y en los tejidos de soporte de los dientes, que preocupan mucho a los dentistas. Estas lesiones se producen en la zona de apoyo del piercing sobre la encía, provocando inflamación crónica y pérdida del hueso, de manera que el diente pierde parte de su soporte . A largo plazo, esta pérdida de inserción puede aumentar el riesgo de infecciones y llegar a causar la caída del diente.
Las personas con piercing de metal y colocación extraoral son los más expuestos a esta situación.
Como ejemplo de estas lesiones mostramos un caso de un paciente en el que el piercing ha causado una recesión gingival en un incisivo inferior: